Las fuertes ráfagas que, en casos, durante esta madrugada llegaron a 90 kilómetros, causaron severos daños en el escenario deportivo, donde también cedieron portones de metal. Voladura de techos, árboles y postes caídos obligaron a un trabajo conjunto de Defensa Civil, bomberos y la empresa Edea.
MIRAMAR (Corresponsal). – Si bien por el momento no hay personas evacuadas, el fuerte temporal que azotó la costa atlántica durante las últimas horas generó daños de diversa consideración en Miramar.
En horas de la madrugada, el viento y la lluvia fueron prácticamente constantes en la ciudad, con ráfagas que llegaron hasta los 90 kilómetros. Esto obligó a un trabajo constante de Defensa Civil del municipio, articulando diversas áreas, a quienes también se sumó el cuerpo de bomberos local y operarios de la empresa Edea.
Lo más trascendente estuvo en el estadio de fútbol municipal, donde uno de los paredones se desplomó por fuerte la acción eólica, que además causó allí el desprendimiento de distintos portones de metal.
Desde mañana las autoridades de la liga de General Alvarado, comenzarán a trabajar en el arreglo de la estructura habida cuenta que ya estaba programada la vuelta de la actividad.
“Hubo árboles caídos, postes de luz que cedieron y otras estructuras que también sufrieron el efecto del viento y cayeron. No tuvimos que evacuar ninguna familia, pero atendimos muchas solicitudes y seguramente los seguiremos haciendo a lo largo del día. La estadística real de intervenciones las tendremos durante las próximas horas”, indicó a LA CAPITAL, la secretaria de Desarrollo Humano, Josefina Bove.
Desde el cuartel de bomberos, expresaron que, “afortunadamente no hubo tantas salidas como esperábamos. Sólo acudimos a 6 diligencias, por desprendimientos de techos, cartelería, pero afortunadamente sin víctimas de ninguna consideración. Lo más trascendente fue la cubierta que se soltó en el club Alvarado”.
En el vivero dunícola “Florentino Ameghino”, que siempre es un foco de atención por la masa arbórea y longevidad, se observó algunas ramas caídas de distintas consideración y piñas que quedaron dispersadas por sobre algunos caminos y otros sectores de este espacio turístico.